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LOS CALAMARES DE OTOÑO-INVIERNO
Cuando el verano toca a su fin, comienzan a pescarse calamares de mayor talla, que nos exigirán un equipo de pesca un poco más potente y unos señuelos de mayor tamaño. En cuanto a la caña, deberemos cambiar aquellas muy ligeras de puntera sólida extremadamente sensibles, capaces de detectar las picadas de los pequeños chipirones que hemos tentado con poteras desde 1.0 a 2.2, por otras de acciones comprendidas entre 2.0 y 3.5, que nos permitirá lanzar jibioneras de mayor tamaño destinadas a poder prospectar aguas más profundas y que al mismo tiempo, supongan un bocado más apetecible para los cefalópodos de mediano y gran tamaño. El tamaño de estas cañas, suele oscilar entre los 2,50 m y los 2,70 m., con la reserva de potencia suficiente como para poder mantener una lucha, de la que salgamos airosos, contra un calamar o una sepia de gran porte. Esta reserva de potencia no ha de ir reñida con la flexibilidad de la caña, que deberá estar dotada de una acción lo suficientemente fluida como para manejar con éxito nuestros señuelos provocando en ellos movimientos atractivos para los predadores.
Decisiones en Frío: Escogiendo el Carrete Adecuado
En cuanto al carrete, será más conveniente utilizar tamaños 3000, en vez de los 2000 o 2500 que veníamos utilizando durante el verano, ya que nos permitirá almacenar líneas un poco más gruesas y al mismo tiempo estarán dotados de una mayor potencia de recuperación. Ni que decir tiene, que es muy importante que el carrete esté dotado de rodamientos de la mejor calidad posible, y que incorpore al menos 3 o 4 para facilitar los principales giros del mismo.
Maximizando Tu Captura con la Elección de Señuelos
Por lo que respecta a los señuelos a emplear, deberíamos empezar por señuelos de tamaño 2.5 y a medida que los calamares van creciendo, iremos empleando tamaños mayores como 3.0 o incluso 3.5. Los colores a emplear dependerán del momento del día, ya que tanto la luz como el color de las aguas varía. Así para momentos centrales del día emplearemos peces con barrigas plateadas o de colores naturales que imiten peces reales, y si la luz es crepuscular o de amanecida y el sol envuelve el ambiente de tonos dorados o rojizos, emplearemos poteras con barrigas doradas o rojas, haciendo variar el color de las telas entre los tonos más llamativos, como rosas, rojos o naranjas si las aguas están oscuras o tonos más apagados si son claras.
Escogiendo la Línea Perfecta para Capturar Calamares en Invierno
El tema de las líneas a emplear, depende del gusto del pescador, que podrá optar por una línea monofilamento de nylon o por una trenzada multifilamento que podrá ser de 4 u 8 hebras. Las líneas monofilamento, tienen el inconveniente de que son elásticas, con lo cual las señales que nos envían a la caña no son tan claras y directas como las que envía una línea trenzada, que carece totalmente de elasticidad, además de esto con las trenzadas alcanzaremos mayores distancias de lance, con lo cual el recorrido de nuestra potera será mayor, aumentado así nuestras probabilidad de éxito. La ventaja de las líneas de nylon es que no absorben tanta agua como las trenzadas y flotan menos. Si finalmente nos decantamos por una línea trenzada, podremos hacerlo por una de 4 o de 8 hebras, siendo las de 8 más redondas y más lanzadoras, pero por el contrario aguantan menos la abrasión y absorben más agua que las de 4.
Por último, cabe destacar que estos grandes calamares de invierno, podremos optar por pescarlos en los puertos, como pescamos los chipirones, tentarlos en zonas acantiladas de fondos que intercalen rocas y arena, directamente en playas o tentarlos desde embarcación con la técnica del Tip Run, utilizando para ello una caña especial para esta modalidad, la cual debe tener un tamaño sobre 2,10 m. y una acción de 40 grs, 60 grs o hasta 75 grs. Con este equipo y utilizando unas jibioneras especiales para esta técnica de pesca, llevaremos nuestro señuelo a ras de fondo combinando paradas y lentas recogidas con amplios “jerks” que llamarán la atención de los cefalópodos.
