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Elección de la jibionera

Publicado en23/08/2022

A la hora de elegir una jibionera (Egi, potera o pajarito) son varios los factores que debemos tener en cuenta, si queremos escoger la más adecuada para ese instante y así tener más probabilidades de éxito.

1. La forma

Podemos distinguir dos formas de egis, aquellos de forma ondulada, o forma de gamba, que poseen un plomo en su parte exterior, que hace de lastre y de quilla estabilizadora cuando el señuelo desciende y al mismo tiempo condiciona su manera de navegar, y aquellos de forma más recta, o forma de pez, que poseen el plomo de lastre en su interior. 
Haciendo un análisis de la navegación, atendiendo a la forma de las jibioneras, debemos apuntar que la mayoría de los ataques de los calamares o sepias, se van a producir cuando el señuelo se encuentra parado, ya que estos atacan a sus presas cuando se paran para coger aliento en su huida. 
Así las jibioneras en forma de gamba, como ya hemos dicho, poseen el lastre en la barbilla, haciendo que el señuelo, al parar de recoger, descienda en un ángulo de unos 45º de manera estabilizada. Esta misma quilla o lastre, será el que produzca movimientos en zigzag de manera más o menos acusada, cuando le imprimamos tirones durante la recogida. Estos movimientos zigzagueantes, ejercerán un poder de atracción sobre los calamares, ya que simularán una huida descontrolada, y será cuando las paremos y comiencen a descender, cuando los cefalópodos, aprovechen el momento para atacar. 
En cuanto a las jibioneras en forma de pez, el hecho de tener el lastre en su interior hace que en cuanto la paremos, su descenso sea en posición totalmente horizontal, lo cual imita el momento en el que un pequeño pez pasto realiza una parada antes de emprender su huida. Estas jibioneras no ejecutan unos movimientos oscilantes, como las de forma ondulada, cuando las recogemos, si no que su forma de nadar es más lineal y sigilosa, por lo cual son apropiadas cuando los calamares están recelosos y requieren que nuestro señuelo no haga muchos aspavientos.

2. El tamaño

Son varios los tamaños que pueden tener los egis, 3.5, 3.0, 2.5, 2.2, 2.0, 1.8, 1.5, 1.0 y la elección de uno de estos tamaños, va a venir determinada principalmente, por el tamaño de los cefalópodos. Así, si lo que pretendemos capturar son calamares o sepias de buen tamaño, utilizaremos los tamaños 3.5, 3.0 o 2.5. Por el contrario, si lo que abunda son chipirones o sepias de pequeño tamaño, nos decantaremos por señuelos de tamaños comprendidos entre el 1.0 y el 2.2. El tamaño de la jibionera, también será determinante en la distancia que consigamos alcanzar en el lance, de manera que utilizando señuelos de mayor tamaño y por lo tanto más peso, conseguiremos lances más largos y en ocasiones el poder alcanzar mayores distancias, será determinante a la hora tener una fructífera jornada de pesca.

JIBIONERA BALLISTIC EGI 3.0 DE DTD

3. La velocidad de hundimiento

La velocidad de hundimiento se mide en s/m ( Segundos / metro), es decir los segundos que tarda la jibionera, en descender un metro. Esta velocidad de hundimiento suele venir indicada en el propio envase de las jibioneras, así nos encontraremos con señuelos de hundimiento rápido 2-3 s/m, de hundimiento medio 4-5 s/m, hundimiento lento 6-7 s/m y hundimiento súper lento con más de 7 s/m. Según la capa de agua en la que deseemos pescar, nos decantaremos por uno u otro egi, así si lo que pretendemos es pescar en aguas muy poco profundas, elegiremos una jibionera de hundimiento lento o súper lento, con el objetivo de poder mantener el señuelo suspendido entre aguas el mayor tiempo posible. Por el contrario, si estamos pescando en una zona de aguas profundas y pretendemos hacer una prospección de las capas de aguas más lejanas de la superficie, nos decantaremos por una de hundimiento rápido, para conseguir que nuestro señuelo llegue a esas capas pegadas al fondo, donde presumimos que se encuentran nuestras presas.

JIBIONERA EGI SUTTE R 1.8 NDX DE YAMASHITA

4. El color

A la hora de hablar del color, deberemos de precisar que, en la mayoría de los casos, por una parte nos encontraremos con el color del cuerpo del señuelo y por otra, con el color de la tela que recubre dicho cuerpo. En cuanto al color de cuerpo, podremos encontrarnos con cuerpos de color plateado, dorado, rojo, naranja, rosa, glow o arcoíris y para que sirva de orientación, diremos que intentaremos adecuar el color del cuerpo al de la luz reinante. Así por ejemplo el color de la luz que predomina al amanecer es el color dorado, por lo cual optaremos un cuerpo dorado, si vamos a pescar al anochecer, los colores de luz reinantes, serán los rojizos, anaranjados o rosas, por lo cual nos decantaremos por un egi que tenga el cuerpo de uno de estos colores, si pescamos en un puerto deberemos observar la luz que reina en el entorno, fijándonos en la luz de las farolas, si las hubiera, y en el color que estas desprenden, pudiendo decantarnos por un cuerpo plata, si la luz es de led blanca, o por un cuerpo dorado si la luz se asemeja más a esta tonalidad, en ausencia de luz nos decantaríamos por un cuerpo glow y luminiscente, si la que impera es la luz de la luna, elegiríamos un color de cuerpo plata en nuestra jibionera, por último existen algunos señuelos cuyo cuerpo es arcoíris y estos son los que mejor se adaptan a cualquier situación, siendo por tanto el color más polivalente.

En cuento al color de la tela que recubre el cuerpo de los señuelos, podremos establecer dos grandes grupos, los colores llamativos y los colores oscuros o colores naturales. Por norma general, recurriremos a los colores más llamativos (Naranjas, rojos, rosas, verdes….) cuando el color de las aguas sea más oscuro, así nuestros señuelos podrán ser más fácilmente localizados por los depredadores, en la oscuridad de las aguas, y al mismo tiempo también nosotros veremos mejor nuestros egis durante la pesca y podremos mantener una referencia visual, para manejarlos con mayor control. Por el contrario, cuando las aguas estén claras o en condiciones de luz a pleno día, escogeremos jibioneras de colores más oscuros o de colores naturales. La profundidad de las aguas en que pesquemos también condicionará nuestra elección, ya que como de todos es sabido, a medida que esta aumenta, la luz disminuye, así a mayor profundidad elegiremos colores más brillantes y si las profundidades son considerables, en las que la luz ya apenas llega, nos decidiremos por colores luminiscentes, que posean glow.

 

5. El search o rattlin (efecto sonajero)

Como sabemos, el sonido en el agua se transmite a mayor velocidad que en el aire, por ello casi todos los habitantes del medio marino, son muy sensibles a los sonidos y las vibraciones que se produzcan en el medio. Así algunas jibioneras incorporan lo que se denomina “Search” o “Rattlin”, que consiste en introducir unas pequeñas bolitas metálicas en el interior del cuerpo del señuelo, emitiendo un tintineo que será detectado por los cefalópodos y llamará su atención, haciendo al señuelo, en determinadas ocasiones de poca visibilidad, más atrayente y fácilmente localizable.

JIBIONERA CLINCH 2.5 DE SHIMANO
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